domingo, 12 de mayo de 2013

MEJORA TU DIETA




El hígado es uno de los órganos más importantes y delicados de nuestro cuerpo, su funciones son: neutralizar de las toxinas procedentes del intestino; evitar que las toxinas le hagan daño al cuerpo, la producción de bilis encargada de facilitar la digestión y la transformación de carbohidratos, proteínas, lípidos minerales y vitaminas.




Es por ello, que la alimentación es un pilar fundamental en la buena alimentación, puede prevenir enfermedades. De lo que comemos dependerá tener un hígado sano o enfermo.





Además, en caso de ya padecer alguna enfermedad hepática, la alimentación podrá ayudar a los procesos de reparación del órgano o en caso contrario, a empeorarlo. Cuando el hígado se daña es necesario apoyarlo a eliminar las toxinas, lo cual se consigue con tratamiento que incluye cambios en los hábitos alimenticios así como un buen tratamiento, ayuda cuando el hígado, ya no se encuentra funcionando, en los procesos en que está involucrado el hígado.



Protege a tu hígado




En cuanto a la dieta, entre los principales alimentos que dañan al hígado se encuentran: las bebidas alcohólicas, pues destruyen las células del hígado y pierden la capacidad de producir los nutrientes para el organismo.

Otros tóxicos no recomendados en la dieta del enfermo bebidas oscuras, las grasa y colorantes son dañinos para el higado.




Los especialistas señalan que una dieta alta en grasas como carnes, mantequillas, margarina, y lácteos enteros obligan al hígado a realizar un esfuerzo superior, lo mismo que consumir pasteles, galletas, chocolates y dulces, alimentos ricos en azúcares refinados que provocan aumento de grasa y colesterol.


Es importante destacar que el paciente con problemas hepáticos generalmente presenta distintas dificultades, como: retención de líquidos por lo que no debe consumir alimentos muy salados como son los embutidos y los ahumados. De igual manera hay que saber que los asados, fritos, a las brasas o a la parrilla, generan toxinas que el hígado debe eliminar y que al no hacerlo empeoran el estado del enfermo. Así como tampoco son recomendados el pescado o mariscos crudos, sushi, ostras, langostas y almejas.

Asimismo es preferible comer 5 veces al día en porciones pequeñas, que una comida abundante y pesada.
Lo importante es beber abundantes líquidos, vegetales y frutas además de carne, pescado (cocido), huevos, pollo, nueces y productos lácteos semidescremados, y tener la vigilancia continua del especialista.




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